3.31.2010

Después de dar todo un recorrido por tus inumerables publicaciones dedicados a mi persona (otra vez), no tengo más que decir: ¡Chingado! Como te quiero.

3.18.2010

Y si les digo que contuve el llanto y no se ni como, y justo ahorita siento los ojos como líquido pesado. Pero estas lágrimas son de añoranza y felicidad.

3.07.2010

Diez4

Presentación: 26 de marzo, 7:00pm
Sala de videos Centro Cultural Tijuana
Marco Tulio Castro, Wilberth Chong,
Juan Carlos Domínguez, Rodolfo del Angel
Hoy me siento un tanto fuera de mi cuerpo y perdida en el camino.

3.02.2010

Estoy confundida

¿Por qué los más faltos de ética, profesionalismo y testosterona son los que reciben los mejores puestos?

3.01.2010

is...

Máquina del tiempo.

Todos las mañanas los 30 minutos que recorro de camino a mi trabajo pasan por mi cabeza muchas cosas. Viajo al pasado con tanta facilidad, como si mi cerebro fuese una máquina del tiempo. Y pensándolo bien si que lo es. Funciona a toda velocidad, yo la hago funcionar.

En segundos me voy años atrás, luego a años futuros; después regreso al presente, recuerdo cosas pendientes, planeo mi día. Hago y deshago el mundo, mi mundo, en solo treinta minutos.

Me gusta recordar y lo hago mucho. Por ejemplo, Todos los días paso por un lote baldío que ahorita esta muy verde. Ahí siempre esta un caballo pastando y de fondo el mar azul, tranquilo y resonante. Cada mañana que veo eso no puedo evitar acordarme de Esteban, por el caballo. Pero hoy particularmente recordé el olor de la mar por las mañanas en Bahía. Me remonté hasta ese lugar, hasta el mar tranquilo, la mañana fresca, antojable para nadar. Las risas de aquellos momentos, la serenidad de esa tierra y lo bella que es la naturaleza.

Luego de treinta minutos llego a mi lugar de trabajo y automáticamente la maquina del tiempo se detiene para centrarse en la realidad, un montón de casas por terminar, un ruidajo de maquinas, caoz y lodito presente por las lluvias pasadas.

A esperar los siguientes treinta minutos de regreso a casa.